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Otra vez en casa

Un Día del Médico especial para el Dr. García Vázquez

9:12hs
jueves 3 de diciembre, 2020


Pudo superar el cuadro grave de covid que lo dejó en estado de coma. Después de tres meses de intensos tratamientos, volvió a su casa y a su segunda casa, la Clínica Mosconi.


No piden turno para atenderse, sino para reencontrarse y saludarlo. Los pacientes del Dr. Fortunato García Vázquez llegan a la Clínica Mosconi para ver al cardiólogo y terapista que estuvo ausente dando batalla al covid durante tres meses. Lo acompañaron con cadenas de oración, mensajes de texto y buenos deseos durante su dura pelea. Ahora son parte de una bienvenida que comenzó el día que atravesó las puertas del comedor donde fue recibido por el Director Médico, Dr. Rubén Fábrega, por Salvador Espósito, referente de la Cooperativa y el resto del equipo de trabajo.

“Esto demuestra que somos una familia”, destacó Fortunato durante su bienvenida. Con la voz quebrada por la emoción y las secuelas del virus agradeció a los médicos y a todos los que estuvieron en los momentos más difíciles. “No hay palabras. Para mí es una alegría volver y estar entre ustedes”, pronunció, entregado a choques de codos y puños para reemplazar los abrazos por ahora aplazados.

El cuadro de García Vázquez comenzó el 25 de agosto con un dolor en el oído. Tras la consulta correspondiente, se le diagnosticó otitis. Un día después comenzó el decaimiento. Como el cuadro no mejoró, sospechó que podía ser coronavirus y decidió hisoparse. Tomaron la muestra el jueves 27 y comenzó a transitar su aislamiento en el domicilio. A las 48 horas llegó la confirmación del resultado. El decaimiento se agravó y se hizo presente otro síntoma: la fiebre.

Pasó el fin de semana y la salud del médico se complicó. Se sumaron al decaimiento, deshidratación y diarrea, lo que lo impulsó a internarse en el Sanatorio Argentino de La Plata. Como no había camas para pacientes con covid, su ingreso debió esperar hasta el miércoles por la mañana. Una tomografía reveló imágenes pequeñas en la parte superior del pulmón. Un tratamiento trajo una mejoría que duró hasta el jueves, día del que no guarda recuerdos. El viernes ingresaba a Terapia Intensiva. “Estaba confundido. No podía respirar. No me entraba aire. Tenía una respiración muy pequeña y una sensación de falta terrible de aire, sensación de ahogo. Sensación de muerte”, detalló esta semana. Fue entonces que pidió a los médicos que busquen la forma para ayudarlo a respirar. Llegaba la asistencia mecánica.

“¡Fortunato te despertaste!”, le dijeron una semana después cuando recobró el conocimiento. Comenzó así una nueva etapa en la recuperación. Primero debieron evaluar si podía tolerar oxígeno sin asistencia respiratoria. Fueron tres días hasta que logró el objetivo.

Recibió plasma dos veces y si bien cree que en la primera vez no se obtuvieron los resultados esperados, está seguro que en la segunda sus pulmones afectados mejoraron notablemente. “Se limpiaron como si nunca hubiese habido nada”, describió.

De alta

El médico recibió su alta el 28 de septiembre y el 2 de octubre se pudo ir del sanatorio. El tratamiento siguió de la mano de psicólogos, kinesiólogos y terapeutas ocupacionales. Había perdido entre 25 y 30 kilos y se sentía débil a raíz de la anemia y de las secuelas del virus. “Sólo podía respirar y ver”, advirtió. Al volver a los controles, los resultados fueron positivos. “Estoy curado”, definió.

Tras su intenso esfuerzo por sobreponerse a la situación, agradeció a sus compañeros por el afecto que le demostraron y por sostener el trabajo en los tiempos difíciles que le tocó atravesar a la institución.

Al mismo tiempo, confesó que cuando atravesó la enfermedad estaba tan vulnerable que ‘entregó el cuerpo, porque la mente se va’. “No se dimensiona lo que se vive, el tiempo que transcurre y el padecimiento de los allegados y familiares”, manifestó.

Si bien no hay certezas para determinar dónde se produjo el contagio, la principal hipótesis está ligada a su profesión. A pesar de los cuidados y las medidas preventivas, la enfermedad llegó a su cuerpo y el de otros compañeros. “El caso es que tenemos permanente contacto con pacientes, más en Terapia Intensiva, donde llegan con diferentes patologías y el riesgo covid siempre está”, advirtió.

Por eso, pidió a la población respetar las medidas de prevención. “El virus está y te puede matar. El rebrote puede pasar porque nos relajamos”, definió en tal sentido.

Agradecido el profesional, agradeció el hombre. “El cariño me generó fortaleza. Y generó querer hacer más por todos”, observó, postulando que si bien ‘la vida continúa’, haber atravesado la enfermedad sirvió para que valorar aún más a su familia, que lo apoyó y sostuvo con la esperanza de la recuperación que, tras tres meses de batalla, llegó a su fin.






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