Las Representantes Culturales de las colectividades se presentan en un ciclo producido por Berisso TV.
El sábado 8 de octubre se elige a la Embajadora de la 45ª Fiesta Provincial del Inmigrante. Este sábado, a través de una producción de Berisso TV, conocemos a Marina Fernanda Mygdalis, Representante Cultural de la Colectividad Griega.
Pioneros en América
La inmigración griega en Argentina, registrada esencialmente entre 1890 y 1954, no fue tan caudalosa como la italiana o la española, pero aportó un importante número de profesionales y comerciantes al medio local. Junto a Brasil, nuestro país es el que mayor cantidad de griegos recibió durante el siglo XX. Se calcula que en 1931, sumaban más de 20 mil las personas de dicho origen aquí asentadas.
Por otra parte, existen versiones que dan cuenta de una presencia previa, la de algunos griegos que combatieron en las batallas por la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y en las luchas internas que precedieron a la organización nacional. Suenan en este caso los nombres de los marinos Nicolás Jorge (Kolmaniátis), Miguel Samuel Spiro (Spíru), Jorge Cardássy (Supailís) y Juan Jorge (Georgíu). También habría sido griego el primer pregonero del Puerto de Buenos Aires.
El año 1890 puede tomarse como punto de partida para repasar sintéticamente la historia de las instituciones griegas en la región. En dicho año, se produce el arribo de Juan Yeppos, procedente de la isla de Chios, quien instala un almacén en la ciudad de Ensenada. Sería Yeppos, en 1908, el promotor de la primera sociedad griega en la zona, que a partir de 1910 adoptó el nombre de “Confraternidad Quiotense Adamantios Koraís”, en homenaje al pensador que vivió entre 1748 y 1833.
La “Colectividad Helénica y Platón de Socorros Mutuos de Berisso, Ensenada y La Plata” se fundó el 16 de agosto de 1910, al fusionarse las sociedades Unión Cultural Panhelénica Platón y la Colectividad Helénica de Berisso, continuación de la Sociedad Koraís, aquella primera fraternidad.
La organización que aglutinó a los griegos de la región figura entre las tres más antiguas del mundo y goza del privilegio de haber sido la sociedad pionera entre las fundadas en América.
Junto a la sede social de 8 casi 164, en la localidad de Berisso, puede apreciarse la particular fisonomía de la Iglesia Ortodoxa de los Santos Constantino y Elena, declarada recientemente Patrimonio Histórico Cultural de la provincia de Buenos Aires. Se trata, ni más ni menos, que de la primera iglesia ortodoxa griega construida en América Latina. La colocación de su piedra fundamental tuvo lugar el 16 de agosto de 1936, en tanto que el 17 de diciembre de 1937 la obra quedó inaugurada con la presencia del primer embajador de Grecia en la Argentina, Basilio Dendramis. La iglesia ‘mira al Este’, tal cual lo proyectado por el arquitecto griego Nicolás Politis.
A la trascendente labor de la Colectividad en pos de la preservación y difusión de la cultura helena -a través de la enseñanza del idioma, de las presentaciones de sus bailarines y de la organización de los célebres ‘tabernas griegas’- se le suma la valiosa acción de otros hijos de la patria próxima al Mediterráneo y el Egeo. Es el caso de Costantino Kourouniotis, quien llegó a Argentina en 1948 y luego de trabajar en el Swift fue Agregado de Prensa de la Embajada Griega en la Argentina y creó el ciclo radial “Desde Grecia”, continuado tras su muerte por el también desaparecido Jorge Stratakis y aún en el aire.
La leyenda Onassis
En una nota que el diario Página 12 publicada el 16 de octubre de 2005 se hace referencia al mito entretejido respecto a la estadía del griego Aristóteles Onassis en la ciudad de Berisso.
El mito dice que en la calle Nueva York, Onassis comenzó a amasar la fortuna que lo convertiría luego en un magnate conocido en todos los rincones del planeta. Va incluso más allá, cuando sugiere que vivió en una casa en cuya fachada su aunaban, en son de paz, la estrella judía y la medialuna de la República Arabe de Siria.
En su publicación, el diario capitalino brinda el testimonio de un griego llegado a Berisso desde Ipiros en 1939 y estrechamente ligado con la vida del barrio, quien aseguraba que la estadía de Onassis sonaba más a producto de la fantasía popular. “Soy griego y si hubiera estado aquí, lo tendría que haber tratado en algún momento”, argumentaba razonablemente el entrevistado. Más allá del mito, lo que no deja dudas es que Onassis residió por un tiempo en Buenos Aires.
