Las Representantes Culturales de las colectividades se presentan en un ciclo producido por Berisso TV.
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El sábado 8 de octubre se elige a la Embajadora de la 45ª Fiesta Provincial del Inmigrante. Este sábado, a través de una producción de Berisso TV, conocemos a Jazmín Yamuni, Representante Cultural de la Colectividad Árabe.
Puerta de ingreso a la cultura de Medio Oriente
Una nutrida oleada de inmigrantes de origen árabe se establecíó en Argentina a partir de la última mitad del siglo XIX. Inicialmente arribaron sobre todo libaneses y sirios, aunque más tarde llegaron también palestinos y egipcios.
Berisso cobijó a muchos de ellos en las inmediaciones de sus Saladeros, emprendimientos que fueron el germen de la industria frigorífica desarrollada en la zona luego por las empresas Swift y Armour.
Gradualmente, la particular presencia árabe fue haciéndose notoria en el barrio las 14 y en calle Nueva York. En la mítica arteria, algunos recién llegados abrieron sus propias fondas, empleando en algunos casos a vendedores callejeros que ofrecían fatay a los obreros que culminaban su turno en los frigoríficos.
Una vez establecidos y con trabajo, los primeros árabes en la región invitaron a emigrar a parientes y amigos, con lo que en poco tiempo se multiplicaron los comercios minoristas de diversos rubros y las pequeñas industrias familiares gerenciadas por árabes-berissenses, muchas de ellas aún en pie por obra de sus descendientes.
La primera entidad creada en Berisso con el objetivo de reunir y asistir a las personas provenientes de Medio Oriente se fundó el 19 de agosto de 1917 bajo el nombre “Sociedad Unión Islámica de Beneficencia y Socorros Mutuos”.
Con anterioridad a 1945 existían en la ciudad otras dos organizaciones vinculadas con la colectividad, la Sociedad Juventud Islámica Amalita y la Sociedad Juventud Islámica Alauita. El 10 de setiembre de ese año, además, un grupo de jóvenes descendientes de árabes fundaron el “Círculo Cultural y Recreativo Árabe”.
Tras algunos años de intensas gestiones, en 1952 se produce la fusión del flamante Círculo con la más antigua de las Sociedades, proceso que concluye en la formación del “Hogar Árabe Argentino”, que en 1962 anexaría a la Juventud Amalita para unificar definitivamente a la colectividad en términos institucionales.
En la actualidad, la sede del Hogar exhibe una fachada que, declarada de Interés Municipal, constituye una verdadera puerta de ingreso al mundo árabe. A la vez, la entidad se afianzó como una de las de mayor peso entre las que a nivel nacional bregan por preservar los valores culturales, religiosos y políticos de los pueblos de Medio Oriente.
Entre las múltiples actividades que desarrolla figuran las presentaciones del conjunto de danzas Baalbek, integrado por más de cien bailarines entre mayores, jóvenes y niños. El ballet conquistó aplausos en una multitud de escenarios, incluidos algunos de Siria y El Líbano, a los que accedió al obtener el primer puesto en una edición de los Torneos Juveniles Bonaerenses.
Antigua huella transitiva
El aporte de la inmigración árabe a la cultura americana sucede a la huella impresa siglos antes por la presencia de los moros en España. La influencia en el idioma es una de las más evidentes: la lengua árabe, riquísima en conjugaciones y declinaciones, ofrendó un valioso aporte al idioma de Cervantes.
Para advertir la profundidad de la huella sirve reparar en la contribución en campos como el de la Medicina y la Arquitectura. En su recorrido hacia Occidente, bastante antes de que se cumpla el primer milenio cristiano, los árabes tropiezan en Anatolia (en la actual Turquía) con textos de Galeno que luego difundirán en la península ibérica. Del mismo modo, las casas amplias con techos altos -bautizadas ‘coloniales’ en América por otros motivos- responden a los parámetros de las construcciones árabes.
Aunque suene curioso, el hábito del baño también fue implantadoen España por los árabes, quienes tenían la costumbre de limpiarse o asearse antes de ofrecer un rito a Allah, de lo que no quedan dudas si se tiene en cuenta que durante su ocupación erigieron baños públicos en las principales ciudades españolas.
Sin dudas, las artes, las ciencias e incluso las costumbres en América hubieran sido distintas de no existir aquella huella, legada por carácter transitivo.
