COLECTIVIDADES

A la espera de tus fotos

Diversos orígenes, pero el mismo

10:02hs
domingo 13 de septiembre, 2020



Casi todos en la ciudad tenemos guardadas imágenes de los inmigrantes de nuestras familias. En algunos casos no contamos con demasiados datos; en otros pudimos reconstruir buena parte de sus historias. Como sea, compartir esos tesoros seguramente va a acercarnos. Es que, paradójicamente, si algo tenemos en común es esto de tener orígenes diversos.

Por eso te proponemos, junto a la Asociación de Entidades Extranjeras, que envíes al (221) 314-4927 fotos, videos, audios, alguna reseña… No importa si los datos no te parecen suficientes. Todos son valiosos y dignos de compartir y vamos a recopilarlos para ir presentándolos oportunamente en algún formato virtual.

Las que siguen son dos publicaciones que detectamos recientemente en redes sociales y en cierta forma nos impulsaron a lanzar esta propuesta. Ojalá quieras sumarte. ¡Gracias!

Don Miguel

Escribe Patricia Okolotowicz (@patriciaokolotowicz)

Un primero de septiembre, pero del año 1939, a este joven se le iba a desaparecer esa bella sonrisa por mucho tiempo. Comenzaba la Segunda Guerra Mundial, que ya se venía sintiendo desde un tiempo antes. Unos días después, más precisamente el 19 de septiembre, el ejército ruso lo arresta y esa fue la última vez que vio a sus padres y hermanos. Su calvario (como él decía), había comenzado. Pasó por varios campos haciendo trabajos forzados, muerto de frío y de hambre, pero siempre con la esperanza de que algún día la pesadilla concluyera y con la incertidumbre de saber si podría volver a su tierra. Un dos de septiembre de 1941 el ejercito del valiente general Anders lo rescata junto a un grupo de compañeros de las estepas siberianas y lo trasladan a Irán (donde conoció a su esposa) para recibir instrucción militar (ya que él era un simple ciudadano) preparándolo para la que iba a ser la batalla más importante para el mundo. En 1949, con su esposa y su hija, llegó a Argentina y solo pudo volver a su patria en una oportunidad pero solo para visitar a los familiares de su esposa ya que el lugar donde había nacido ya no formaba parte de Polonia y tenía prohibido el ingreso. Eso y la situación política de Polonia en ese momento (1979) lo hicieron regresar con una tristeza inconmensurable. Hacia el final de su vida y en silencio, como nos tenía acostumbrados, recuperó su querida nacionalidad y yo estoy segura que lo hacía por nosotras y sus nietos. Era el mejor regalo que podía dejarnos. Don Miguel, mi papá, me dejó esa esperanza que él nunca perdió. Y gracias a la tecnología, a la buena gente y a la perseverancia estoy haciendo el camino inverso y estos tiempos de introspección y pandemia (otra guerra con enemigo invisible) hacen que no la pierda. Memoria y respeto para todos los que libraron aquella guerra infame”.

La nona María, mamá Bruna, el abuelo Salim

Escribe Mabel Hassan Salim

La primera foto es la del pasaporte de mi Nona María Ernestina Zanovello de Friso, que llegó desde Italia en el 35, con tres hijos: mi tío Juliano (el bebé), mi tía Matilde y mi mamá Bruna, la que está a nuestra derecha. Mi nono se vino un año antes cuando estaba embarazada su esposa, huyendo de la guerra y buscando un mejor futuro para su familia. Mi mamá, a pesar de ser muy chiquita cuando viajó, nunca pudo olvidar lo mal que la pasaron en “ese barco”…

La segunda foto es de mi abuelo paterno, Salim Hassan Salim, libanés, que llegó en el año 18 con su pasaporte otomano, también en un barco imagino que en no muy buenas condiciones… La última es mi certificado de ciudadana libanesa. Ninguno de mis abuelos o padres pudieron jamás regresar a sus tierras. Algún día “regresaremos” con mis hijas y desandaremos los caminos que ellos recorrieron y creo que así cerraremos el círculo de esta parte de la familia. Sé que ellos nos estarán acompañando….

Como dice nuestro Himno a Berisso “Te enviaron amores el hambre y la guerra”… y …”sembraron tu vientre con pequeñas patrias””.






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