Nacido por el ímpetu de un grupo de jóvenes que cursaba sus estudios secundarios en la ciudad de La Plata, teniendo en cuenta que en Berisso todavía no existían instituciones de dicho nivel, el Centro de Estudiantes y Egresados inició su vida institucional el 11 de junio de 1944.
La historia cuenta que la decisión de aglutinarse para compartir diferentes actividades en su zona de residencia fue adoptada por varios de los jóvenes que viajaban en el tranvía 25 para asistir a clases, luego de lo cual retornaban a sus barrios.
Para dar los primeros pasos institucionales, debieron solicitar permiso a las autoridades del gobierno militar que por aquellos días regía los destinos del país, que había decidido suspender transitoriamente la posibilidad de efectuar reuniones públicas.
Sin que dicha situación les resultara un obstáculo, los impulsores de la iniciativa conformaron una Comisión Provisoria que fue autorizada a reunirse en la Casa Radical de calle Guayaquil, cuya actividad, tratándose de sede de un espacio político, también estaba interrumpida por una disposición gubernamental.
Más de sesenta personas fueron las que se dieron cita en el cónclave convocado para aquel 11 de junio, en el que se sentaron los pilares fundacionales del que entonces se denominó Centro Estudiantil Berissense.
Pocas semanas después la entidad contaba con su propio Estatuto y el 30 de julio quedaba conformada la primera Comisión Directiva, bajo la presidencia de Rodolfo Héctor Fabris, estudiante del Colegio Nacional y luego médico egresado de la UNLP, quien a lo largo de las décadas posteriores fue consolidándose como un destacado referente del mundo institucional berissense, al punto de participar de la Comisión Pro-Autonomía de Berisso y de ser el redactor del que fue su Manifiesto, en la previa al decisivo 3 de abril de 1957.
Aquel Centro Estudiantil dio otro paso fundamental en su historia cuando sus representantes aprobaron una fusión con otra entidad en pleno crecimiento, como lo era el Círculo Cultural Berissense. Al avanzar en la propuesta de trabajar unidos, los integrantes de ambas entidades acordaron denominar “Centro de Estudiantes y Egresados” al flamante agrupamiento.
Inicialmente, el CEYE desarrolló sus actividades en diversas sedes, hasta que con mucho esfuerzo sus miembros pudieron avanzar en la compra de dos terrenos sobre calle 13.
Comenzarían luego las obras que apuntaron en primer lugar a edificar una sala de reuniones y de actos y el sector de la biblioteca. En los años ’70, la institución avanzó en el acondicionamiento de una anhelada cancha de básquet, que en sus primeros tiempos carecía de techo.
Con el correr del tiempo fueron avanzando las obras en la sede, que incluyeron una pretensiosa remodelación de la zona destinada a la práctica de diferentes disciplinas deportivas. Ya corrían los ochenta, cuando el CEYE se transformó en ‘marca registrada’ de bailes estudiantiles hoy recordados con nostalgia por toda una generación.
Se festeja
Para recordar la fecha de este ‘redondo’ Aniversario, el martes por la tarde muchas de las personas que hoy dan vida a la institución participando en forma cotidiana de sus actividades, se dieron cita en la sede de ‘la Bajadita’. Se compartió allí una gran ‘chocolatada’ con tortas y otras cosas ricas y los presentes disfrutaron de la proyección de un video institucional que pasó revista a importantes hitos en la vida del club.
Desde el año pasado, el CEYE cuenta con una comisión directiva que encabezan Sergio Tiglio y Andrés Noetzly como presidente y vicepresidente respectivamente. La nueva fase institucional sucede a una que tuvo como presidente durante catorce años a Claudio ‘Grillo’ Di Giovambattista, uno de los tantos ‘estudiantiles’ emocionados en el encuentro del martes.
Los actuales directivos avanzarán ahora en la organización de un encuentro en el que se brindará reconocimiento a personas que cumplieron con roles directivos o colaboraron con el club a lo largo de estas ocho décadas de vida.
Actualmente, el Centro de Estudiantes y Egresados, identificado en su imagen renovada con un ‘búho’, contiene a alrededor de 350 jóvenes ligados a diferentes disciplinas deportivas. La sede funciona al límite, por lo que es la larga la lista de espera de chicas y chicos con ganas de incorporarse.
La grilla de actividades abarca entrenamientos y competencias de varias categorías de básquet y vóley masculino y femenino. Además, se ofrecen otras opciones como Karate, Yoga, Tango, Zumba y Baile.
