A última hora de ayer, cerrando una jornada signada por la tensión, las autoridades del Concejo Deliberante convocaron a los integrantes del Cuerpo a sesionar este sábado a las 8:00, con el fin de tratar tres expedientes de índole económica, entre ellos justamente el referido a la declaración de la Emergencia Económica en el distrito y el de la adhesión al denominado ‘pacto fiscal’ formulado desde Provincia.
Luego de los incidentes registrados ayer, se dispuso en el marco de un recargado operativo policial colocar vallados sobre Montevideo y 8 y Montevideo y 9. Al otro lado de las vallas, sobre calle 8, volvieron a reunirse manifestantes, que en algún momento improvisaron algunas hogueras sobre el asfalto.
En el recinto, sólo se sentaron en sus bancas los concejales de Cambiemos. Los de la bancada PJ-Unidad Ciudadana miraron desde un rincón y Jorge Pagano, que en la jornada previa parecía dispuesto a dar quórum desde su bloque unipersonal, no se hizo presente.
El presidente de la bancada de Cambiemos, Carlos Festa, hizo uso de la palabra desde su banca lamentando la imposibilidad de sesionar y responsabilizando por los episodios de las últimas horas a referentes de Unidad Ciudadana.
En declaraciones posteriores, el edil advirtió que lo que sucede por estos días en la ciudad ‘es lo mismo que pasa en cada uno de los municipios donde Cambiemos gobierna, con paridad de concejales o en minoría’.
“Esto es un plan sistemático de desestabilización. No se tiene en cuenta que al kirchnerismo en la Argentina no lo quieren más, ni en la Nación, ni en la Provincia ni en la Municipalidad”, aseveró, enviando luego un mensaje al conjunto de los trabajadores municipales. “Pueden quedarse tranquilos. Hay una cosa que es básica: desde que asumió el intendente Jorge Nedela no hubo sanciones, ni cambios en las comisiones de trabajo, por el contrario se dio un aumento que fue el mayor en toda la región”, dijo.
En el mismo sentido, expuso entender el origen de la incertidumbre que atraviesan los trabajadores frente al anuncio de posibles cambios en sus condiciones laborales. “El miedo se lo han impuesto los dirigentes y el pobre trabajador, que es la voz más débil, por supuesto que se aterroriza cuando le anuncian cambios que nunca existió la intención de llevar adelante”, planteó.
