Una profunda tristeza embarga a la Unión Polaca en Berisso y al staff del ciclo radial Voces de Polonia al conocerse la noticia del fallecimiento de Valeria Wroblewski, inmigrante polaca de 93 años que se afincara en Berisso en 1932 y que fuera especialmente homenajeada por la Asociación de Entidades Extranjeras en 2014, año en el que la representación del Desembarco Inmigrante llevó su nombre.
Hija de los también polacos Bronislao y Stanislava -quienes pudieron reencontrarse en Argentina precisamente en el ’32- Valeria concurrió, siendo niña y durante cinco años, a la Escuela Polaca, a contraturno de la primaria estatal.
En 1956 fue fundadora del conjunto de baile y canto Poznan y trabajó también en Buenos Aires para las Polska Macierz Szkolna (Escuelas Agrupadas en Argentina).
Por su labor a favor de la cultura polaca en el año 1980 (mientras presidía la Unión Polaca en Berisso) recibió del Ministro Zoltowski, presidente del Comité de Ministros del gobierno polaco, la Cruz de Plata al mérito. Años más tarde recibiría la Cruz de Oro (1993) y la Cruz de la Orden de Caballero de Renacimiento de Polonia (1999).
Según recordó Daniel Saíno, conductor de Voces de Polonia (ciclo radial que la tuvo como colaboradora fundamental desde 2015), en el año 1993 la Embajada Polaca la envió a Lublin para sumar conocimientos respecto del acervo folklórico de su patria.
En el plano laboral, pudo ingresar al Registro de las Personas en donde con los años llegó a jubilarse con el grado de inspectora. Y en el familiar, se casó y tuvo un hijo, que le dio dos nietas.
Entrevistada años atrás por El Mundo de Berisso, Valeria se refería al difícil momento que atravesaba Polonia cuando su padre decidió poner proa a la Argentina. Bronislao era único varón de los cinco hijos que tuvo su abuela, ya viuda ya para ese tiempo. “Mis padres estaban de novio y mi papá dijo que se quería venir para Argentina. Entonces mi mamá aceptó, pero si primero se casaban”, contaba en esa oportunidad.
Tras un sencillo casamiento, Bronislao partió en 1928 con destino a América. En el vientre materno ya se gestaba Valeria, quien sería la primera hija del matrimonio. “Teníamos una tía que vivía en Olavarría y trabajaba en la empresa Loma Negra. Mi papá fue allá y tuvo trabajo durante tres años. Así fue juntando dinero y nos mandó los pasajes para mi mamá y para mí, sabiendo que había nacido en 1929”, narraba también Valeria en aquel momento.
