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Un aporte de la organización de educación ambiental “Aprendelta”

El fenómeno de las aguas verdes

14:10hs
lunes 23 de noviembre, 2020


Un trabajo de la Dra. Gabriela Mataloni, de la Universidad Nacional de San Martín, arroja luz sobre el fenómeno que ahora también afecta a las aguas que bañan la región.


Foto: Captura de video cedido gentilmente por el lector Gonzalo Patron.
Foto: Captura de video cedido gentilmente por el lector Gonzalo Patron.

En los últimos días, la organización de educación ambiental “Aprendelta” compartió en sus redes sociales un trabajo de la Dra. Gabriela Mataloni, del Laboratorio de Biodiversidad, Limnología y Biología de la Conservación de la Universidad Nacional de San Martín, que arroja luz sobre el fenómeno que ahora afecta las aguas que bañan las costas de la región.

El que sigue es un extracto de ese gran trabajo de divulgación, que permitirá seguramente conocer más respecto del tema:

¿A qué se debe el fenómeno?

A la presencia de colonias de diminutas células esféricas de una especie de cianobacteria llamada Microcystis aeruginosa.

¿Qué son las cianobacterias?

Un grupo de bacterias de características muy particulares. Contrariamente a la mayoría de estos organismos, pueden alcanzar grandes tamaños y una organización muy compleja. También han sido los primeros organismos sobre la Tierra capaces de hacer fotosíntesis oxigénica, es decir, de alimentarse de la luz solar y producir oxígeno como parte del proceso. De hecho, todas las plantas que conocemos se originaron evolutivamente en las cianobacterias.

¿Dónde están?

Son organismos muy comunes en todo el planeta. Hay miles de especies, cada una de ellas adaptada a vivir en un tipo de ambiente, desde la corteza de un árbol de la selva amazónica hasta dentro de cavernas subterráneas. Pueden tapizar el fondo de un lago de la Antártida, o formar parte del fitoplancton (la comunidad de algas microscópicas) de ríos y lagos.

Acerca de floraciones

Algunas de las cianobacterias del fitoplancton tienen la capacidad de reproducirse exponencialmente en condiciones ambientales favorables: altas concentraciones de nutrientes (particularmente nitrógeno y fósforo), altas temperaturas y aguas estancadas. Entonces, su densidad es tan alta que colorean el agua de verde. Estos fenómenos son las floraciones. Sólo algunas especies formadoras de floraciones tienen la particularidad de producir distintos tipos de toxinas. Entre ellas se encuentra Microcystis aeruginosa, una cianobacteria que frecuentemente produce floraciones durante el verano en sitios que acumulan muchos nutrientes (frecuentemente por contaminación orgánica) y de aguas quietas, típicamente diques y embalses. En este caso, la bajante extrema del río Paraná ha favorecido el estancamiento de sus aguas, y por lo tanto la aparición de floraciones locales de M. aeruginosa a lo largo de su curso.

Acerca de la potencial toxicidad

No todas las especies que producen floraciones son tóxicas. Aún dentro de una misma especie pueden existir cepas con distinto grado de toxicidad, y esta toxicidad puede expresarse en mayor o menor grado, dependiendo de las condiciones ambientales. El grado de toxicidad de una floración determinada, entonces, está dado por una combinación de factures genéticos y ambientales y es muy difícil de predecir. Inclusive varía en el tiempo según el grado de desarrollo de la floración. Por eso, es necesario estudiar de cerca este fenómeno cada vez que se produce.

¿Qué hacen las toxinas?

Las cianobacterias tóxicas pueden producir distintos tipos de toxinas. Las más importantes son las neurotoxinas, que atacan el sistema nervioso, y las hepatotoxinas -como las microcistinas- , que en altas dosis producen hemorragia hepática. Síntomas clínicos de intoxicación pueden ser dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, e irritación de la piel en caso de exposición directa al agua. Afectan no sólo a los seres humanos sino a muchas otras especies acuáticas o relacionadas con el río, en particular las aves que se alimentan por filtración, ya que suelen concentrar estos microorganismos. Si bien los organismos más pequeños tienden a sufrir una mayor mortalidad, en África se han llegado a registrar eventos de mortalidad de cocodrilos, rinocerontes y hasta elefantes por intoxicación con cianobacterias.

¿Qué hacer y qué no?

Lo aconsejable es evitar todo tipo de exposición al agua coloreada. No beber ni hacer beber el agua a los animales, no usarla para bañarnos ni cocinar. Es importante saber que las toxinas se liberan principalmente cuando la célula muere, por lo que es peligroso hervir el agua o tratarla con lavandina. Frecuentemente las colonias de M. aeruginosa se acumulan cerca de la superficie, por lo que si es imprescindible usar el agua, hay que procurar tomarla donde esté lo más clara posible y a una cierta profundidad. Las condiciones climáticas e hidrológicas de este año particular,  junto al gran aporte de materia orgánica a los ríos como resultado de las quemas de pastizales, permiten suponer que puede haber varios episodios de floraciones de ésta u otras especies de cianobacterias durante el verano, por lo que es recomendable mantener el alerta ante esta situación.






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