La semana pasada, la sede del Partido Justicialista local fue escenario del primer encuentro del nuevo ciclo “Charlas de Café”, que proponen el Colectivo Sudestada y el espacio educativo y cultural Soles de Mayo.
El invitado a la apertura fue el polifacético Hernán Brienza, quien en su exposición se refirió a temas como la labor del periodista, la denominada ‘ley de medios’, la militancia y el financiamiento de la política, la situación latinoamericana y otros que fueron surgiendo en la interacción con los asistentes.
“No creo mucho en el periodismo. Nunca creí en el periodismo, ni cuando lo ejercí”, comenzó por transmitir, definiendo que la manipulación de la información ‘no es un hecho nuevo’ (“Durante la década del ’70, los fusilamientos se presentaban en la prensa como enfrentamientos”, planteó) pero fue volviéndose ‘aberrante’.
“Creo que los medios de comunicación nunca dicen la verdad, porque la verdad es imposible en sí misma. La diferencia es que ahora mienten deliberadamente. Recortan, inventan una realidad, mienten y lo hacen a sabiendas. No me preocupa que lo haga la empresa periodística, sino que haya periodistas que se presten a eso”, expuso.
“Uno podría decir que el periodismo oficialista hasta hace años no decía lo que decía el periodismo privado. Y te voy a decir que sí: que el periodismo oficialista tiende a no decir las cosas; pero no mentía. Creo que el límite es el de la mentira. Vos podés no decir algunas cosas, pero no podés mentir. Lo que me impresiona es que de un tiempo a esta parte se miente y con ‘real malicia’, como dice el código penal”, describió.
La visita se produjo en horas en las que se debatía acerca de proyectos que proponían penalizar a periodistas que dieran información relacionada con el denominado ‘blanqueo de capitales’.
“Este es el gran símbolo de lo que se anima a hacer un gobierno que, es verdad, fue votado por la mayoría, pero que empieza a mostrar cualidades antidemocráticas severas”, sentenció Brienza, remarcando que “venimos de 12 años durante los cuales se despenalizaron calumnias e injurias, donde los periodistas podían escribir y decir lo que quisieran, publicando incluso notas difamantes, metiéndose con la vida privada de los funcionarios”.
Antes de que el gobierno volviera sobre sus pasos en cuanto a los polémicos artículos ‘mordaza’, Brienza consideró en su visita a Berisso que a lo que se apuntaba era a defender a quienes ‘escondieron sus ahorros al Estado’. “Hay una estimación que dice que hay 400 mil millones de dólares fuera del país. Es casi un PBI argentino. Solamente pensar que no solamente es imposible repatriarlos de manera democrática sino que además no se puede informar sobre quiénes son, me parece quizá la demostración de los tiempos que corren en el periodismo”, planteó, entendiendo que el tema no estuvo en los grandes medios, porque esas mismas empresas ‘tienen su dinero afuera’.
Grandes medios, medios medios
En el escenario presentado por Brienza se contraponen ‘lo que las empresas mediáticas generan’ y ‘lo que realmente pasa en la vida de las personas’. En este último campo, ubica la labor de algunos periodistas. “Miles de periodistas que no tienen reconocimiento empresarial ni mediático están haciendo su laburo con dignidad. Se ve en las radios, se ve en los zonales, que son mucho más peligrosos porque te vienen a tocar el timbre a tu casa. Yo creo que si el periodismo tiene futuro, es por la democratización y pluralidad, pero sobre todo por la horizontalidad de la información y en eso ayudan también las redes sociales”, señaló.
Como cuenta pendiente, marcó la imposibilidad de aplicar la ‘ley de medios’, por no prever la financiación para que se implemente la lógica de los ‘tres tercios’. “Una vez que no se produjo esto, quedó la batalla de la desmonopolización de Clarín, que era más chica que la batalla por la ley de medios. En ese sentido, lo que hace el macrismo es decretar su defunción y tiene facilidad para hacerlo porque la ley no tenía apoyo geográfico y no había solidez estructural; sino no hubiera podido. Estaba la Afsca, pero si hubiesen estado con radios la CGT, la iglesia, los barrios, hubiese sido más difícil borrar de un plumazo la ley. Hacerlo fue a medida del grupo Clarín; eso es una obviedad”, aseveró.
Esquizofrénicos o mentirosos
El escritor también ponderó el periodismo ‘ideológico’, haciendo alusión a figuras como las de Moreno, Sarmiento o Dorrego. “Los tipos te decían ‘hablamos desde acá’, ‘somos revolucionarios o no, nacionales o no’ y nuestras polémicas ‘son de acá’, ‘ésta es nuestra identidad’. Desde el momento en que el periodista vota y no lo dice, ahí se establece un engaño con respecto a la independencia o neutralidad. O estamos ante una persona esquizofrénica o estamos ante un mentiroso”, sentenció.
Fotos: Aníbal Fernández
