Este viernes, y ante la proximidad de las fiestas de fin de año, un grupo de vecinos tiene previsto darse cita frente a las puertas de la Municipalidad para exigir que se atienda la problemática de la pirotecnia en la ciudad y se brinden detallen respecto de los operativos que se llevarán adelante para afrontar posibles riesgos.
La reacción surgió luego de que la Municipalidad difundiera un comunicado en el que se establecía que en el distrito estaba vigente la prohibición de venta y uso de pirotecnia, información que fue rápidamente desmentida por la ONG Prodea y que motivó una posterior rectificación.
El caso es que la Ordenanza que fijaba la ‘prohibición’ (la 3551 de 2017) ya no está vigente. El texto de la norma señalaba la veda en todo el territorio del distrito “del uso particular, tenencia, guarda, manipulación, transporte no autorizado, venta o cualquier otra modalidad de comercialización -tanto a nivel mayorista como minorista- de elementos de pirotecnia”.
Sin embargo, a comienzos de 2019, la normativa fue derogada por la Ordenanza Nº 3666, que levantó la prohibición, estableciendo en su lugar ‘limitaciones’ en venta y uso.
Las modificaciones fueron introducidas por concejales de “Cambiemos”, entonces oficialismo, y aprobadas por ediles de todos los bloques, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires hiciera lugar a una denuncia formalizada por parte de la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales, que solicitaba se declare ‘inconstitucional’ a este tipo de ordenanzas por atentar contra la actividad comercial.
De ese modo, tras las reformas, la reglamentación hoy vigente detalla que queda prohibida en el Partido de Berisso la utilización de los elementos pirotécnicos denominados “morteros con bomba”, “bomba de estruendo con mortero”, o “bomba suelta con mortero”, y cualquier otro artefacto pirotécnico similar, que pudiera provocar lesiones auditivas y otras lesiones de consideración en el cuerpo humano y lesiones en animales domésticos.
De dicha especificación se puede aducir que sí se encuentra habilitada la venta y uso de petardos, fósforos, baterías, volcanes, cañas voladoras, bengalas y estrellitas, elementos que también habían sido prohibidos en la primera ordenanza.
Finalmente, se detalla que no se podrá acopiar elementos pirotécnicos en viviendas particulares, ni vender de manera ambulante. La utilización de estos también queda expresamente prohibida en un perímetro de cien metros alrededor del Hospital Mario V. Larraín y la Refinería YPF, con excepción de los destinados a señales de auxilio, emergencias náuticas y para el uso de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y/o Defensa Civil.
En los últimos días y luego de hacer públicas observaciones como las arribas descriptas, integrantes de la ONG Asociación Prodea levantaron la bandera de los reclamos, en nombre de quienes se ven afectados por el uso de estos elementos. “La gente que sufre autismo o los animales, con la sensibilidad que tienen, resultan afectados con un minúsculo cohete o petardo, no detallados en la Ordenanza”, aseguraron.
Al mismo tiempo, aseguraron que existe un gran desconocimiento por parte de quienes votaron la Ordenanza. “Cuando se hace mención sólo a los animales domésticos, no se tiene en cuenta el perjuicio que se genera sobre toda la fauna y el medio ambiente, sin hablar de los accidentes e incendios que se originan por este uso”, completaron.
Desde la entidad, denuncian que hace semanas la pirotecnia ya está en la calle, dentro de domicilios particulares y comercios ‘sin ningún tipo de control’.
“Con el fin de hacer cumplir lo que se votó, el Municipio necesita poner en la calle a todo el personal de inspectores, Defensa Civil y la fuerza pública para hacer decomiso y destrucción de los productos no autorizados”, manifestaron en los días previos a la reunión que esperan mantener con funcionarios de la Comuna.
