Se concretó ayer por la tarde, enmarcada en la campaña “Aborto Legal 2020”, una jornada promovida por Colectiva Berisso, junto a la Red de Docentes por el derecho a decidir Regional La Plata, Berisso y Ensenada, la ONG Decir Basta y la organización feminista Las Juanas.
Como estaba previsto, el encuentro culminó con la pintada de un pañuelo verde en el piso del playón del Parque Cívico. El hecho es que pocas horas después, durante la noche, el símbolo pintado en el pavimento fue blanco de un ataque para borrarlo. Si bien la pintura resultó semi-removida, el mensaje sigue a la vista, así como la polémica respecto del tema de fondo, que este año buscará dirimirse nuevamente en el Congreso.
Cabe recordar que entre sectores que se oponen a la legalización del aborto, el anuncio de que se efectuaría la pintada había generado una inmediata reacción, que derivó incluso en un pedido que representantes de la Iglesia católica efectuaron al Intendente para que impida la actividad.
A la sombra del profundo debate que requiere el tratamiento de los proyectos sobre interrupción voluntaria del embarazo -en el que convergen lógicas sanitarias, ideológicas, filosóficas, políticas y religiosas- surge, al menos en el plano local y por estos días, un debate de tono menor pero también atendible, respecto de lo permitido y prohibido en espacios públicos, partiendo incluso de la necesidad de definir lo que en este caso se entiende por espacio público.
A pocos metros del pañuelo verde pintado en el asfalto del señalado estacionamiento se advierte una pegatina de afiches en las paredes del Concejo Deliberante, en este caso producto de la acción de sectores que se oponen a cualquier avance en torno a la legalización del aborto.
La regla que las autoridades establezcan, como la decisión de hacerla cumplir, aplicaría a uno y otro caso. Claro que la discusión sobre lo permitido y lo prohibido no debería perder de vista nunca el respeto al bien supremo que representa el derecho a la libre expresión.
