En el Centro de Almaceneros de Berisso se esperan precisiones sobre la implementación, en junio, de otro nuevo sistema de venta de productos con precios ya fijados.
“Estamos esperando novedades sobre un programa que involucraría a unos 120 o 130 productos que anunció el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Estas mercaderías vendrían etiquetadas con el precio. No tenemos ningún problema con sumarnos, lo que pedimos es el compromiso de los mayoristas para que se cumpla lo que se acuerde”, enfatizó Ricardo Cuevas, presidente de la institución.
El comerciante advirtió que se requiere que todos los participantes de la propuesta cumplan con su parte. “Nosotros ya pasamos por cuestiones similares en las que los distribuidores no te dan la posibilidad de tener un margen de ganancia. Tenemos que vender con el precio que ya viene establecido y habrá que ver cómo se comporta el mayorista. Las experiencias de este tipo hasta ahora siempre fueron malas para nuestro sector minorista”, señaló.
En tal sentido, repasó que en ocasiones anteriores, en el momento en el que se lanzan los programas funcionan, pero que más tarde las condiciones cambian afectando a los pequeños comercios. “Necesitamos que el gobierno entienda que debemos mantener un margen de ganancia. El programa se lanzaría en junio, pero todavía no sabemos por ejemplo si será obligatorio. Ante esta situación desde nuestra entidad madre que es FABA, se mantendrá una reunión vía zoom con autoridades del ministerio para tratar los distintos temas referidos a la iniciativa. Todavía hay muchas cosas que no conocemos”, observó.
El representante de los almaceneros se refirió también a los perjuicios que genera el efecto inflacionario en el pequeño comercio. “Los precios vienen subiendo de manera constante. Hay colegas que están enfrentando problemas serios y el comercio habilitado lo sufre contra el que no lo está. El Municipio, la AFIP y ARBA te guardan la deuda y hay que pagar los servicios, pero además debemos vivir. La situación está muy complicada”, expuso. “El comercio de barrio no es el que hace referencia de precios y no tiene mucha capacidad de stock, no tiene un galpón lleno de mercadería y cuando va al mayorista compra y ve que le cambiaron el precio. Estamos siempre corriendo detrás de la zanahoria, como el cliente”, se quejó finalmente.
