El distrito volvió a sufrir un anegamiento generalizado. Entre vecinos, fastidio y reclamos. El intendente Cagliardi analizó el cuadro de situación y repasó acciones desplegadas.
Semanas antes, varias alertas por tormentas extendidas por el Servicio Meteorológico no llegaron a consumarse. Pero en el umbral del pasado fin de semana, las lluvias finalmente llegaron intensas y en un corto lapso dejaron notorias secuelas.
Si bien en los últimos tiempos el gobierno comunal publicitó que a partir de la ejecución de una serie de obras ya no se sufrirían anegamientos, durante la madrugada y mañana del viernes, tanto en la zona del centro como en barrios periféricos, las imágenes de agua en calles, veredas, lotes y zonas descampadas fueron similares a las de otras veces, generando entre los vecinos dudas, cuando no fastidio.
Habitantes de la icónica zona de ‘La Bajadita’ de Avenida Montevideo y 13, de calle 11 a 18, de 164 y otras paralelas, de Barrio Obrero, del barrio Santa Cruz, de los fondos de calle 18, de Villa Nueva y La Franja exhibieron a diestra y siniestra, fundamentalmente vía redes sociales y en contacto con los medios, las indeseables postales acuáticas.
Por esas horas, circular por calles pavimentadas o por calles de tierra resultó un verdadero desafío para quienes obligadamente debían salir de sus hogares. Y los cuestionamientos a las respuestas previstas por la administración comunal se multiplicaron con dureza.
Advertencias
Como espacio de recepción de inquietudes vecinales, el Concejo Deliberante resultó en los días posteriores a los anegamientos caja de resonancia institucional de una problemática histórica para el distrito.
Silvina Di Renta, presidente del bloque opositor de Juntos expuso que lo que ocurrió ‘venía siendo advertido’ por medio de diversos pedidos oportunamente elevados al Ejecutivo. “Es una situación que se veía venir y por eso generamos un montón de Pedidos de Informes vinculados a la falta de mantenimiento de calles de distintos barrios”, afirmó. “Lo que sucedió en zonas como Santa Teresita, Villa Zula y El Carmen tiene que ver con lo que venimos reclamando, que es el mantenimiento de zanjas, la realización de cruces de calles, el destape de desagües, muchos que se hicieron nuevos pero están rotos o tuvieron una construcción precaria. Esto refleja la falta de gestión y el efecto de obras que se dejan inconclusas”, aseveró también.
Como vecina de La Franja, la concejal contó que en varios puntos de barrios de la zona, el agua además tardo mucho tiempo en escurrir. “Muchas calles de tierra quedaron anegadas por no tenerlas en buen estado. Parte de calle 41, que había comenzado a arreglarse, no se terminó y quedó todo removido, entonces cuando llueve se hace un barrial tremendo. Como esa, muchas otras calles se vieron afectadas por estar intransitables, con zanjas tapadas y cañerías obstruidas”, planteó.
Los problemas generados por el agua, advirtió, se vieron agravados en el caso de Villa Argüello y El Carmen, por la falta de recolección de residuos no habituales. “Hay cuadras que están llenas de residuos, como 9 entre 139 y 145, en la zona próxima al Centro Papa Francisco, también la 41, 37, 94 y 127, están tapadas de ramas y no habituales. Eso obstruye y dificulta que el agua decante y corra”, sostuvo.
También se mostró crítica con la falta de una respuesta adecuada al evento hídrico la concejal Vanesa Queyffer, observando que si bien las precipitaciones fueron intensas, los anegamientos tal vez podrían haberse evitado. “Los berissenses conocemos los lugares que generalmente se inundan y sabemos cómo se complica en las calles de tierra, pero esta vez hubo mucha agua en múltiples zonas”, describió.
Entre sus apreciaciones, la edil puso en duda la real utilidad de obras que desde el Ejecutivo se publicitaron como la solución para este tipo de episodios. “No le voy a caer con toda la responsabilidad a la actual gestión, pero no se entiende por qué anunciaron algunas cosas diciendo que este tipo de situaciones no volverían a pasar. Hablaron de obras que resolverían este tema, cuando uno sabe que se requieren otros planes hidráulicos importantes y que las cosas no se iban a solucionar con esto», subrayó.
Además de citar como factores que complicaron la situación los de la falta de limpieza de zanjas y la renovación de cañerías, Queyffer coincidió con Di Renta en considerar el agravante ligado a fallas en la recolección de residuos habituales y no habituales.
“El viernes, en nuestra recorrida sacábamos bolsas de los sumideros. Los mismos vecinos se encargaron de esa tarea y salieron para tratar de limpiar. El Municipio hizo hasta donde pudo, porque como otro problema surge que no cuenta con maquinarias y elementos para resolver una situación como esta», argumentó la concejal.
Para Queyffer, el distrito tiene un sistema de desagües antiguos, de épocas en las que la población era sustancialmente menor. Por eso, aludió a la necesidad de generar un plan integral que ofrezca respuestas concretas. “Sabemos que se trabaja en la planificación de ese tipo de obras, pero no se puede dejar de garantizar la limpieza de zanjas, la colocación de caños en zonas siempre afectadas, el uso de material calcáreo en lugar de tierra colorada. Se hizo un trabajo con los sumideros, pero evidentemente hay algo que falló porque el agua no tiene por donde salir. Tenemos un tema de fondo que debemos resolver y encarar. Si bien se están ejecutando trabajos, están sin terminar”, observó.
“Otra cosa que nos preocupa es que no hay materiales para colaborar con los vecinos. En este caso quedó expuesta la necesidad de familias que habitan casas precarias, a quienes no se les pudo dar respuesta con chapas, maderas y clavaderas. La gente no encontró respuestas de parte del Municipio”, cuestionó finalmente.
Argumentos
Ya superada la situación que se vivió la semana pasada y consultado acerca de causas y de potenciales soluciones, el intendente Fabián Cagliardi manifestó que el cuadro fue particularmente difícil por el caudal de agua caída. “Hasta las 6:30 del viernes se registraron unos 64 milímetros de precipitaciones. De ese momento hasta las 7:30 llegamos casi a los 100 milímetros”, apuntó.
Para el jefe comunal, la presencia de desechos y hojas de árboles obturando el escurrido en diferentes zonas conspiró contra la respuesta que se esperaba dieran trabajos ejecutados en los últimos meses para mitigar este tipo de efectos, tales como la ampliación de bocas de tormenta, sumideros y colocación de nuevos drenajes.
“Pasaron muchos días sin lluvias que sirvieran para arrastrar los residuos y hojas, que con el tiempo se fueron acumulando. En este caso tardó mucho el agua en empujar toda esa mugre. Tal es así que en la planta de bombeo del terraplén se veía mucha basura a la que había que retirar de las rejas de contención para que no afectara el funcionamiento de las bombas. En el caso de los barrios más alejados del centro, tampoco dieron abasto las tareas de zanjeo y los cambios de cañerías que realizamos”, expuso Cagliardi.
Particularidades geográficas, el crecimiento demográfico, construcciones que modificaron los sistemas de escurrimiento y otros varios factores hicieron que el problema de los anegamientos se transformara desde hace años en crónico.
“A la ciudad desde hace mucho tiempo le falta infraestructura. Se hicieron obras de otro tipo, pero no se encararon las que tienen que ver con los desagües pluviales, cloacas o redes de agua por ejemplo. Desde nuestra gestión priorizamos arrancar por ahí, nos falta mucho, pero mejoramos las situaciones en varios puntos en los que no se acumuló tanta agua como antes y en otras se fue más rápido también, esto me lo han dicho los mismos vecinos”, estableció Cagliardi al analizar el cuadro de situación.
En tal sentido, habló de la necesidad de avanzar en un diseño integral que dé respuestas adecuadas, con el que según consignó deberían estar involucrados los tres distritos de la zona.
“Cuando ocurrió la inundación del 2 de abril de 2013 se habló siempre de lo que pasó en La Plata y no en Berisso. Las obras llegaron a la ciudad capital y no a la nuestra. Eso es algo que vengo discutiendo desde hace tiempo, porque esta es una región en la que los tres intendentes tenemos que trabajar a la par, ya que hay temas que nos atraviesan, entre ellos los hidráulicos. Por falta de ese trabajo en conjunto hoy ocurre que la ciudad de La Plata nos manda el agua muy rápido y nosotros como resultado tenemos canales anegados”, puntualizó.
Respecto de las acciones operativas desplegadas el propio viernes, manifestó que en lo personal inició a las 6:30 una recorrida por distintas zonas junto a equipos municipales que procuraron acelerar las respuestas. “El alivio del mediodía con la salida del sol nos ayudó para evaluar puntualmente la situación. No tuvimos necesidad de evacuar personas, pero sí de dar asistencia a varias familias, para lo que contábamos con elementos propios. A ello se le agregó el trabajo conjunto con Desarrollo Social de Provincia y de Nación. Estuve con el personal del terraplén y se trabajó para que el agua se retirara rápido”, manifestó.
“El río a la mañana estuvo alto y eso complicó un poco. Ni bien amaneció, se pudo ver por el lado de Avenida 66 como desbordaba el agua en la zona del campo, detrás del Parque Industrial, y entraba en los barrios. Lo mismo pasó en el barrio Saladero y detrás del Corralón. Cuando el canal Watzenborn empezó a tirar agua, esta retrocedía y entraba por los campos. Ese es un tema que ya habíamos advertido e hicimos un proyecto para levantar un terraplén con el fin de resolverlo”, observó luego.
Obras en trámite
Tras repasar trabajos que se efectuaron durante los últimos meses para tratar de mitigar los efectos que producen las tormentas, Cagliardi hizo mención especial de dos proyectos que se gestionan ante las administraciones nacional y provincial.
“En nuestro proyecto hidráulico tenemos contemplada una segunda etapa de trabajos que tendrán que ver con la zona que va de calle 26 hacia 40, abarcando nuevos cruces de calles con cañerías y la ampliación de las bocas de tormenta. Esto lo estamos pidiendo a Nación y está prácticamente por salir”, afirmó el jefe comunal.
“Además tenemos una tercera etapa que cubre desde calle 12 hacia la 4, con obras complementarias que tenía el terraplén. En ese sentido hicimos esos trabajos desde calle 12 llegando a 28, en la que se pasaron caños nuevos. A eso se agrega el túnel que se realizó en calle 18 y 164 que saca el agua de calle 17”, repasó además.
Respecto de las gestiones ante autoridades bonaerenses, indicó que tienen que ver con un plan que contempla el Bañado del Maldonado, con los canales que derivan el agua en las zonas de Villa Zula y Los Talas.
“Han cambiado las fórmulas para la realización de desagües, entonces hay que ampliar y darle mayor profundidad a los zanjeos, hacer colectoras para que el agua salga más raído, los canales deben estar limpios, cosas que venimos atendiendo. Hicimos en ese sentido el arroyo que pasa por calle 7 y termina en la Curva de las Naciones. Ahora estamos programando actuar sobre los canales próximos a la Avenida 66. Estamos limpiando los que cruzan por calle 11 y 143 junto a otros, pero lleva tiempo llegar a todos lados”, enunció finalmente.
