Entre las maravillas que sorprenden a quien recorre desprevenido las calles de la ciudad, se sumó recientemente el mural que la artista Mónica Pugliese plasmó a la vista del público en su domicilio de 161 entre 13 y 14.
Bautizada “Arbol de la Vida, Estados del Alma”, la obra -un gran mosaico de 2,40 x 2,80 metros- fue cobrando forma a lo largo de un año y medio, durante los meses de la cuarentena extrema. “Es símbolo de fortaleza y unión, aporta conexión espiritual con el mundo superior y atracción de energías positivas”, expone su autora.
La figura que sobresale en el trabajo, laboriosa construcción a partir de piezas de vitrofusión, cerámica, azulejos, venecitas, espejos, vajilla rota y piedras naturales, es un ‘Árbol de la Vida’ inspirado en la obra del pintor Gustav Klimt y sus árboles simbólicos estilo Art Nouveau.
La artista también se valió en este caso de recursos del arte Naif, explotando además la utilización de los colores y los detalles para alcanzar una expresividad potente y minuciosa, que se refleja en cada centímetro del trabajo.
Temas y técnicas
Pugliese se vinculó con el arte desde la infancia, aproximándose tempranamente al mundo del dibujo, la pintura y el modelado a partir de diversos materiales, entre ellos pastas cerámicas.
Pasados los años y mientras obtenía una tecnicatura en decoración de interiores y diseño textil, ahondó en la investigación sobre el uso artístico de distintos materiales como vidrio, azulejo, venecitas o cerámica.
“Me metí de lleno particularmente en el mundo del Mosaico hace aproximadamente diez años, tomando cursos de la Profesora Beba Di Silvestro, gran vitralista de Berisso, con quien me inicié además en vitrofusión, vitralismo y picassiette (técnica que se vale de vajilla rota). Desde entonces me capacité en distintas técnicas tomando cursos y seminarios intensivos con importantes profesores nacionales e internacionales”, explica la artista.
La incursión en el Mosaico, asegura, fue ‘un camino de ida’. “Se logran cosas increíbles. Resulta además una verdadera laborterapia ver como trozos de distintos materiales van conformando una obra. Es algo que te llena de satisfacción”, expone al respecto.
La temática que elige a la hora de proyectar una obra no es uniforme. A veces se inspira en rostros o paisajes, a veces en animales o la belleza de la botánica. La clave está en detectar la riqueza que esconde cada representación.
“Una técnica que me atrae particularmente es el micromosaico. Utilizo en este caso piezas de vidrio milimétricas aplicadas con pinzas, tipo cirugía”, revela a la hora de manifestar hacia donde se inclina su preferencia a la hora de poner manos a la obra, aunque observando que una obra suele requerir la aplicación de varias técnicas.
Sin límite
Para la artista, la intervención de objetos, tanto como la utilización de materiales, no tiene límites a la hora de crear. “El manejo de diferentes técnicas te permite intervenir piezas pequeñas moldeadas en telgopor, artículos de uso diario, vestimenta, mobiliario, todo depende de la habilidad y la creatividad de cada uno”, manifiesta.
En lo personal, el impulso para encarar cada obra surge del entusiasmo por embellecer un objeto, un ambiente o un espacio público. “A partir de ahí surge una idea que es plasmada en uno o varios bocetos hasta afirmarse. Viene luego la selección de materiales y colores conforme al tipo de obra y al contexto al que vaya a estar expuesta”, comenta, brindando pistas del proceso creativo. “Según la complejidad de la obra, varía el tiempo de concreción. No es lo mismo una obra abstracta que representar el pelaje de un animal o un rostro con luces y sombras. Si hablamos de un mural de gran tamaño, el proceso completo puede llevar de 6 a 8 meses”, indica.
Individual y colectiva
Prolífica en el plano de la creación individual, Pugliese proyecta un 2022 con nuevas obras de mosaico e intervención de objetos en vitrofusión para la decoración de hogares y jardines. Además, proyecta retomar el dictado de cursos presenciales, abordando diferentes contenidos ligados a Vitrofusión, Mosaico y Cerámica. En todos los casos, la información estará disponible en la cuenta de Instagram @soniartevitro.
Del mismo modo, también espera con ansias lo que el nuevo año depare en lo que hace a creación colectiva. “Este tipo de proyectos suele ser muy placentero, ya que se generan vínculos con otros artistas y en general son obras que embellecen espacios públicos”, define.
Su experiencia en este campo también es caudalosa, teniendo en cuenta que participó de varios proyectos nacionales e internacionales, entre los que figuran por ejemplo los trabajos “Manitos para el Conin” (CABA); “Corazones para Favaloro” (Hospital San Martín de La Plata); “Gaviotas” (Playa Unión, Chubut); mural “Día de la Mujer” (Cruz del Eje, Córdoba); “Mariposas” (Hospital Roffo, CABA); bancos vereda de Casa de Cultura de Berisso; proyectos virtuales “Tapabocas” y “Abanico” de Beba Di Silvestro; “Escalera de las Flores” (San Pedro, Buenos Aires); mural virtual “Mil Colibríes” (México): mural “Océano de Amor” (Tongoy, Chile) y The Connecting Project, Mosaic of art Worldwide Vogeltreppe – Mosaic Proyect (Pirmasens City, Alemania).
Huella en el Vostok
Entre las labores colectivas de las que Pugliese participó recientemente figura la guirnalda de matrioshkas que desde hace algunas semanas abraza la sede del club Vostok de la comunidad belarusa en 13 y 165. La artista manifiesta con orgullo haber sido la única participante berissense en la labor que se llevó adelante a través del colectivo artístico platense “Vivir Mosaico”.
