En Italia, la familia vendía leña. Arribado a Berisso, Renato Franceschini fundó una carpintería de obra, dando origen a un comercios con más trayectoria e identidad en la ciud
Muchos años antes de que Berisso lograra su Autonomía municipal y casi al mismo tiempo en que comenzaba a funcionar el Hospital y aparecían los primeros colectivos, un inmigrante llegado de Italia sentaba las bases de un negocio familiar que hoy, con 80 años cumplidos, forma parte del capital histórico de la ciudad.
“Udine”, nombre con que en 1938 fuera bautizado el emprendimiento, remite explícitamente a la tierra que dejara don Renato Franceschini, nacido en aquella provincia del norte italiano el 12 de septiembre de 1906.
Con el tiempo, el nombre se transformó en sinónimo de la esquina de 10 y 161, a la que miles de berissenses acudieron alguna vez en busca de muebles y artículos para el hogar.
Actual responsable del comercio, Renato José Franceschini recuerda que los primeros pasos que diera su padre al fundar el negocio familiar, con el que hoy también están comprometidas las nuevas generaciones, tuvieron que ver con la fabricación de puertas y ventanas.
“Mi padre, Renato, nació en Udine en el año 1906, en el seno de una familia que trabajaba en la venta de leña. A los 17 años de edad llegó al país desembarcando en Rosario, donde aprendió el oficio de carpintero”, evoca Renato hijo, mencionando que en Berisso, ‘Udine’ fue inicialmente un taller de carpintería de obra.
Entre los primeros trabajos que tuvo su padre, figuraron la construcción de ruedas y hasta de ataúdes. En algunos casos, la madera que tomó forma de puertas y ventanas habita aún hoy las casas más antiguas de la ciudad.
“Fue en 1938 cuando mi padre comenzó con la carpintería de obra, en el terreno donde hoy funciona el negocio. Allá por mediados de los años 50 mi padre incorporó también la fabricación y venta de muebles, tiempo en el que con mis 15 años comencé a formar parte del negocio, hasta que me pidió que me hiciera cargo”, relata Renato.
“Por la década del ‘80, cuando la tienda ya se dedicaba también a la venta de artículos para el hogar, se sumaron mis hijos Horacio, Mauricio y Marisa, quienes a la vez sumaron a mis nietos, que constituyen la cuarta generación de Franceschini en el negocio”, observa finalmente.
Un nuevo desafío
Si bien a lo largo de sus 80 años ‘Udine’ se sobrepuso a todos los vaivenes económicos que experimentó el país, otro desafío golpea a la puerta: el de superar una difícil situación a la que Franceschini no duda en definir como ‘una de las peores crisis que afrontamos nosotros y muchos otros negocios’. “Confío en que ya se va a revertir esta situación, porque Argentina siempre fue así. Algunos años estamos peor que otros y luego cambia”, pone de manifiesto el responsable del negocio, que hoy cuenta con más de diez empleados, todos con unos cuantos años de antigüedad.
