Ayer a la noche falleció “Siete Sacos”, vecino que con el paso de los años fue transformándose en un notorio personaje de la ciudad. Coronando una vida verdaderamente itinerante, el ‘Toto’, como también se lo conocía, se encontraba alojado desde hacía algunos años en el Hogar de Ancianos Bartolomé Daneri de Los Talas, donde convivía con otros adultos mayores. Al transmitir la noticia del deceso, fuentes municipales expusieron que el fallecimiento se produjo hacia las 21:00 por una descompensación cardíaca que no pudo revertir el personal médico de emergencia que prestó asistencia. Quienes quieran despedirlo, podrán hacerlo este jueves entre las 8:00 y las 12:00 en la casa velatoria Giovanelli, de 21 y Montevideo.
Aunque no existía documentación que lo certificara, la Justicia había decidido luego de algunas entrevistas permitirle tener nombre (se había elegido el de Juan Carlos Ramírez) y DNI.
“Siete Sacos” solía repetir las señas que uno le hiciera y, ante la oferta de un cigarrillo, no dudaba. En el Hogar Daneri, solía salir al patio, sentarse al sol y fumar hasta que la colilla asomara entre sus dedos largos y amarillos teñidos de tabaco.
Cuando se realizaban las gestiones para tratar de darle una identidad formal, Raúl Rodríguez, Director del Hogar Municipal de Ancianos, mencionaba que conforme a estimaciones y por testimonios reunidos, el ‘Toto’ tenía entre 80 y 90 años.
Había llegado al lugar hacía unos 5 años después de que los vecinos lo reportaran perdido y lo encontraran en Florencio Varela, a partir de una foto que salió en la televisión.
Desde entonces ya no era parte del paisaje del Hospital Larraín, en cuyo ingreso solía dormir siestas o sentarse para pedir algún ‘pucho’ a los transeúntes.
Giraban en torno de su misteriosa figura cientos de historias. Algunas decían que era médico, otras que había perdido a su familia en un accidente, otras que venía de Uruguay. Nunca se comprobó alguna.
