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Naturaleza Urbana

10:10hs
domingo 24 de mayo, 2020



Ave de ciudad. Una garza despliega sus alas para cruzar el Puente 3 de Abril. (Foto: Sebastián Casali).

Los aspectos negativos de la irrupción del Covid-19 son evidentes. Abarcan el obvio drama que representan las muertes a raíz de la patología, así como las diversas circunstancias sanitarias que ocupan importantes espacios en la escena del debate público. Alcanzan también, claro, los padecimientos presentes y futuros por el agravamiento de la crisis económica, como consecuencia del Aislamiento.

Una especie de contracara, tal vez menos evidente pero a la vez digna de atención, es la que brinda la naturaleza. En estos meses de parate, al menos en Berisso, operó cierto ‘redescubrimiento’ de la belleza del ecosistema urbano. A la sombra de la pandemia, urbe y naturaleza parecen reconciliarse; como si un antiguo romance estuviera a punto de ingresar en una nueva fase, de mayor madurez.

El naturalista Julio Milat, responsable del MOCIA (Museo Ornitológico y Centro de Interpretación Ambiental) y obligada fuente de consulta ante fenómenos naturales ligados a la región, consigna que en muchos casos se trata simplemente de que mayor cantidad de personas ‘levantó la vista del celular’ para apreciar lo que ‘siempre estuvo ahí’.

Forzado como todo el mundo a ‘quedarse adentro’, Milat encontró una válvula de escape que terminó generando un interesante ida y vuelta de conocimientos y experiencias. “Mañana será otro día para cuidarnos entre todos”, es la fórmula que utiliza cada día al publicar en Facebook fotografías de paisajes o de ejemplares de distintas especies, a las que añade breves descripciones. Es el punto de partida de un intercambio virtual con otros berissenses que no dudan en subir sus propias fotos, captadas a veces desde la ventana o en el jardín, a las que suman consultas o relatos. Les llama la atención ver ejemplares de especies que no habían visto antes, o al menos que creían no haber visto.

“Las noticias referidas a la aparición de fauna en ámbitos próximos son tomadas positivamente por muchas personas”, expone con satisfacción Milat, aun cuando tiene claro que a veces se habla de ‘apariciones’ que no son tales, que se convierten en virales algunas ‘fake news’ o que se acompaña a noticias ciertas con fotos que corresponden a otras circunstancias.

“Hay una serie de eventos que suceden siempre, pero que en este contexto de encierro pareciera llamar la atención de la gente en forma especial. Cuando estás encerrado y supuestamente no tenés mucho que hacer, a lo mejor mirás mejor”, sugiere, subrayando que este proceso encuentra apoyo en el que en términos de clima viene siendo, paradójicamente, uno de los mejores otoños de los últimos años. “Tenemos una temperatura agradable, muchos días soleados y eso también repercute de alguna forma positiva en las personas, en medio de este contexto negativo”, arriesga.

Alilicucu común en Isla Paulino – Julio Milat

Mariposas, picaflores, aves, arañas

“Siempre digo que la mejor época para ver mariposas es el fin del verano y el inicio del otoño. En este caso ya estamos casi terminando mayo y seguimos teniendo temperaturas muy agradables y lluvias escasas. Hay mucha floración de plantas nativas, plantas de las que las mariposas se nutren y en la que ponen huevos”, describe Milat.

Orugas de la mariposa Bandera Argentina – Julio Milat

La alusión a las mariposas en las conversaciones en Facebook deriva inevitablemente en la descripción de una u otra planta nativa y en nuevas oportunidades de aprendizaje. “A muchas personas les surgen inquietudes respecto de estas plantas que no se comercializan en los viveros”, observa el naturalista, describiendo que en estas semanas aparecieron por ejemplo preguntas sobre la ‘Pasionaria’ o ‘Mburucuyá’. “Es una enredadera con frutos naranja y una flor hermosa y compleja, que atrae a la mariposa ‘espejito’, que cuando está posada muestra un color naranja y cuando pliega las alas exhibe unas manchitas metálicas que parecen un espejo”, repasa, citando a la ‘monarca’ como otra mariposa por la que se pregunta mucho en redes.

Araña de los hilos dorados – Julio Milat

“Cuando éramos chicos, veíamos más mariposas porque las plantas nativas crecían en forma espontánea. Eran días de calles de tierra y baldíos. Ahora somos más cantidad de gente y este tipo de lugares es más difícil de encontrar. Hay que buscar en ambientes más alejados del casco céntrico, cerca del monte o en Los Talas”, explica Milat, aunque advierte que el hecho de plantar una nativa en un jardín urbano atraerá sin dudas alguna mariposa.

Otras interrogantes que a veces le llegan vía redes tienen que ver con la presencia de picaflores que liban en campanillas, rosas chinas o salvias y que en la ciudad se muestran en sus variantes verde y bronceada.

“Suelen verse ambas en verano, pero en esta parte del año, el picaflor verde migra hacia las provincias del norte. El bronceado se está quedando más tiempo, a raíz de la floración de plantas exóticas como ciertos eucaliptos y de inviernos que se muestran más benignos”, reseña el experto.

Las arañas no están ausentes en la galería participativa en que se convirtió su perfil de Facebook. Varias personas hacen preguntas, por ejemplo, sobre una que se denomina la araña ‘de los hilos dorados’. “Su tela es particular, medio ‘estructural’, tiene varios planos y los tensores se ven amarillo-dorado cuando les da el sol. Estaba en provincias de norte y se empezaron a ver mucho acá en la zona. De hecho las he visto en mi casa”, revela. “Aparecen en el verano y cumplen con la función de alimentarse de insectos, sobre todo de mosquitos. Las vas a ver en general hasta mayo, cuando desaparecen hasta el verano siguiente. La hembra es de un tamaño importante, pero no representa peligro alguno”, completa.

Carau – Julio Milat

En el plano de los debates, suele reaparecer el que denomina ‘el dilema del gorrión’. “La gente pregunta si hay o no mayor cantidad de ejemplares. Lo que les transmito es que hace algunos años se veían en gran cantidad en el ámbito urbano, pero al irse incorporando otras especies, como calandrias, zorzales, cotorras, benteveos, la misma torta omnívora que sólo se repartía entre los gorriones, se reparte entre numerosos pájaros”, menciona Milat.

En lo que hace a aves, también habla de las rapaces, planteando que por estos días no es extraño visualizar gavilanes mixtos o chimangos.

Algunos consejos

El mensaje final puede tomarse de consejos que da muchas veces a quienes le escriben para formular alguna consulta. “Generalmente la gente quiere conocer el nombre de la especie que observó o le sorprendió. Yo sugiero que disfruten de verla, que después podremos catalogarla. Hay que relajarse y disfrutar lo que estás viendo, más allá de cómo se llame”, sostiene.

Otra sugerencia es la de intentar “volver a vernos como parte y no como dueños de la naturaleza”, para dejar de ‘expoliarla al límite’. “Estamos llegando a zonas prístinas, a selvas, bosques, donde nunca se metió el hombre. No sé qué caja de Pandora puede esperarnos entrando en contacto con especies que estuvieron siempre resguardadas en su medio natural”, observa.

El último consejo es, a la vez, expresión de deseo. “Ya que en estos días pudimos, no debemos dejar de mirar lo que nos rodea, eso que en condiciones ‘normales’ no mirábamos. Es triste estar abstraídos en una pantalla de unos pocos centímetros mientras alrededor vuelan pájaros y mariposas”, concluye.

Flores de Aliso de río en Isla Paulino – Julio Milat





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