En los últimos días, una publicación en redes sociales enviada a la vez a medios locales, puso en tela de juicio la validez de una Asamblea Autoconvocada que se llevó adelante días atrás en el ámbito de la Cooperativa de la Salud Clínica Mosconi.
Fogoneada por personal desafectado del establecimiento meses atrás, en el marco de un conflicto de larga data, la publicación apuntó a la figura de la responsable de la cooperativa, Silvia Argañaraz, acusándola de ‘vulnerar los derechos de los socios’ y de buscar ‘tapar la irregularidad de su gestión’.
Desde el sector de ex-trabajadores de la Clínica se advirtió que el encentro no fue informado al ente regulador, que en el acta figuran participantes que ya no cumplen tareas en el lugar y que se habrían fraguado firmas de trabajadores y socios que no estaban presentes.
Del mismo modo, se observó que el Consejo Administrativo no fue votado por los socios y está integrado por personas que ‘no son reconocidas como integrantes’, a quienes se responsabiliza por hechos de violencia y hostigamiento.
Consultada sobre las acusaciones, Argañaraz aseguró que el procedimiento llevado a cabo fue absolutamente legal y que los argumentos expuestos en la publicación aludida ‘carecen de toda validez’.
“Estamos haciendo las cosas bien y día a día luchamos para sobrevivir y mantener la Cooperativa en pie. Hace un año y medio que nos ponen trabas”, se quejó, subrayando que su labor dista de cualquier tipo de interés político y económico.
En ese marco, explicó que debía realizarse un cambio de autoridades porque un miembro renunció. “Nos reunimos y determinamos quiénes podían colaborar y seguir en el cargo que había quedado vacante. Yo sé que los manejos que realizan son políticos”, sostuvo en alusión a quienes hicieron circular el texto con las objeciones. “Amenazan a la gente y siguen haciendo reuniones”, cuestionó, recordando que la justicia determinó que 8 integrantes de la cooperativa fueran desplazados de sus funciones, recibiendo una respuesta negativa a su pedido de reincorporación. “Por eso buscan aliados en otros sectores”, argumentó, responsabilizándolos de ‘destruir la cooperativa’.
“Nos cerraron una cuenta del banco porque Microsoft nos hizo un embargo por 24 mil dólares. Teníamos además un embargo del Ministerio de Trabajo. Estamos pagando las consecuencias de los malos manejos de la gestión anterior. Parece que nosotros somos los malos y ellos los buenos y que por eso quieren recuperar la cooperativa. Nosotros estamos poniendo plata de nuestro bolsillo para seguir todos los días. Tenemos que elegir la comisión y teníamos que hacerlo sí o sí por las cuentas del banco. Y la asamblea se hizo”, detalló.
Para finalizar, pidió que quien quiera conocer la situación, es libre de efectuar las gestiones que considere pertinentes. “Si quieren hacer una auditoría, que la hagan. Mis ahorros, mis cosas, están dentro de la Cooperativa. Hubo dos meses críticos sin plata y ahora estamos esperando el pago de IOMA para pagar los retornos. Estoy pagando las consecuencias de una mala gestión (la anterior). La cabeza soy yo, la que queda escrachada soy yo, pero estoy tranquila porque sé que no hago nada malo”, aseveró la responsable de la organización.
“Los intereses políticos no me importan. Yo quiero a la clínica, porque soy parte de ella hace 44 años. Quizá hoy no está bien vista, pero esta clínica y esta cooperativa van a resurgir, como el Ave Fénix”, concluyó.
