Los vecinos viven en peligro. Piden que las autoridades evalúen medidas y que los conductores no sean inconscientes.
Son dos o tres por semana los accidentes que se registran en algún punto de calle 164, en el segmento que va de 18 a 30. Según apuntan vecinos de la zona, el peligro se concentra sobre todo en el tramo comprendido por calle 18, donde la 164 se convierte en doble mano, y calle 26, en donde se topa con plaza 17 de Octubre y el ramal de la línea 202 que circula por el lugar sigue otro camino.
Si bien la estadística obedece a un cálculo vecinal aproximado, nuevos accidentes, como el que el sábado protagonizaron una camioneta policial y una moto en 164 y 19, justifican la sensación de vivir en peligro que enfrentan habitantes del barrio.
En tal sentido, remarcan que se trata de una arteria por la que circulan muchos chicos que van a escuelas del barrio, así como personas de todas las edades que hacen mandados. Es una calle angosta y de doble mano por la que circulan motos, autos, micros y camiones y el flujo de tránsito es sostenido.
Además de lanzar un pedido público para que los conductores reduzcan la velocidad en la zona y manejan con otro grado de conciencia y prudencia, piden que las autoridades municipales evalúen alguna medida que tienda a disminuir el número de accidentes, sobre todo para no tener que lamentar tragedias.
Entre las sugerencias barriales figura la de tratar de descongestionar el flujo de 164 asfaltando la cuadra de 165 que va de 25 a 26. Con ese asfalto, la 165 quedaría completamente asfaltada desde Génova a Avenida Mitre, lo que permitiría generar un nuevo esquema de circulación.
“No se trata solamente de un problema que tiene que resolver la Municipalidad. Hay que generar conciencia en las personas que le meten al acelerador sin piedad o estacionan en cualquier lado”, describe Marcos, vecino de la zona, proponiendo que al menos en el corto plazo se evalúe si puede resultar de ayuda la colocación de reductores de velocidad o algún semáforo.
