En principio, las cámaras del sector manifestaron su acuerdo con la propuesta oficial de subsidiar directamente a los pasajeros.
Empresarios de colectivos nucleados en diferentes cámaras manifestaron su acuerdo con la propuesta oficial de dirigir el subsidio por el costo del boleto directamente a los pasajeros, mediante la tarjeta SUBE.
La iniciativa fue formulada por el ministro de Economía Sergio Massa. “Le tenemos que poner la guita en el celular a cada ciudadano”, expresó en las últimas horas el funcionario.
“Desde un comienzo (año 2002), el objetivo de los subsidios fue disminuir el costo de transporte para los usuarios. De hecho, fueron creados con la denominación ‘compensación tarifaria’, porque tenían como objetivo compensar a las empresas por la reducción de recaudación derivada de la imposibilidad de trasladar a los pasajeros la totalidad del costo de los servicios a partir de la crisis de 2001”, se expone en un documento refrendado por directivos de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), la Cámara del Transporte de la Provincia de Buenos Aires (CTPBA), la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros (CEAP), la Cámara Empresaria del Transporte Urbano de Buenos Aires (CETUBA) y la Cámara de Empresarios Unidos del Transporte Urbano bonaerense (CEUTUPBA).
“El sector no se opone ni se opuso nunca a que el subsidio se asignara en forma directa a los usuarios. Por el contrario, considera que la iniciativa permitiría transparentar el sistema, hacerlo más eficiente, subsidiando únicamente a quienes lo necesiten y además pondría en evidencia las verdaderas razones de la crisis por la que atraviesa la actividad, que no es otra que la insuficiencia de ingresos de más de 30% para solventar la totalidad de los costos operativos del sistema”, se lee también en el texto.
El ‘índice bondi’ que publicaron las cámaras empresariales para agosto, marcó una suba en el desfasaje entre los costos reales del sistema y los reconocidos por el ministerio de Transporte. Esto se debe, marcan los empresarios, a los efectos económicos luego de las PASO y a la creciente inflación. En el mismo sentido, consideran que con los congelamientos de tarifa decididos a partir de septiembre para paliar el impacto de la devaluación y el fogonazo inflacionario, el desfasaje será mayor.
El costo real del boleto promedio sin IVA ascendió a $430. De los cuales, la compensación del Estado se percibe por $261,66 pesos y el boleto promedio que se cobra es de $38,09. Como resultado hay una pérdida de 169,16 pesos por boleto, que las cámaras indican se debería sumar a las compensaciones y hoy están solventando en desmedro de la calidad del servicio y las finanzas de las empresas de transporte.
“La situación es insostenible y conduce a las empresas no solamente hacia un severo proceso de descapitalización, sino además a la imposibilidad concreta de continuar prestando los servicios con normalidad. Es menester que las autoridades responsables del sector aborden el tema a la brevedad posible como única forma de garantizar la continuidad del sistema», indicaron.
