En una carta que dirigió en los últimos días al Presidente Alberto Fernández, la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita en la República Argentina pidió al gobierno argentino que exprese su solidaridad “con Ucrania, con su pueblo y su integridad territorial”, para que la paz “no sea sólo un anhelo, sino un hecho”.
Con sede central en la ciudad de Buenos Aires y conformada por diez filiales -la más antigua de ellas la berissense, fundada en 1924- la organización ofreció en su misiva, firmada por Jorge Miguel Danylyszyn y Román Nazaryk, presidente y secretario respectivamente, algunas apreciaciones respecto del conflicto que pone en alerta al mundo. El que se reproduce a continuación es el texto del escrito:
“En 1897, arriban a la República Argentina los primeros emigrantes ucranios. Lo hicieron en la búsqueda de mejores condiciones económicas, aunque primordialmente pensaban que aquí podrían desarrollarse en paz y libertad. Buscaban materializar los derechos que les fueron negados durante siglos, por los imperialismos que asolaron esa rica y productiva región europea.
En 1921 nuestro país reconoce a la República de Ucrania como estado independiente y soberano mediante un decreto firmado por el presidente Hipólito Yrigoyen. En 1991, el presidente Carlos S. Menem reconoce a Ucrania nuevamente como estado libre, soberano e independiente, luego de que esta transitara el período más oscuro de su historia como nación, que incluye una de las mayores tragedias de la humanidad como lo es el genocidio por hambre que los ucranios llamamos Holodomor.
Los ucranios y argentinos descendientes de aquellos inmigrantes, alrededor de 300.000 almas, trabajamos y aportamos por generaciones con esfuerzo, honestidad y pasión al engrandecimiento de la República Argentina y apreciamos enormemente los valores que nuestros ancestros han encontrado en esta tierra y también nos enorgullecemos de su legado.
La invasión de los territorios ucranios de Luhansk y Donetsk y la anexión de la península de Crimea en 2014 (no reconocida intemacionalmente), son la clara expresión de las intenciones imperialistas que Ucrania sufre desde tiempos inmemoriales y cuyas consecuencias históricas han sido muertes, destierros, campos de concentración, cárceles para sus dirigentes políticos, sociales y religiosos, con hambunas planificadas y ejecutadas por un modelo autoritario y dictatorial. En estos momentos, la Federación de Rusia busca imponer condiciones que limitan la soberanía y la libertad del Estado Ucranio.
Hoy la patria de nuestros ancestros se encuentra amenazada, las fronteras del Estado Ucranio están rodeadas por contingentes militares, lo que genera tensión e inseguridad no sólo para Ucrania sino para todo el mundo”.
