Ayer, la sexta reunión legislativa confirmó algunos cambios en la integración de bloques del Concejo Deliberante. Antes del tratamiento del Sumario, se aprobó una nota presentada por Sandra Carzolio manifestando su decisión de conformar una nueva bancada bajo la denominación Bloque Renovador. También se dio curso favorable a la renuncia del edil Carlos Rainski, cuyo lugar es ocupado ahora por Enrique Silvani, quien de esta manera se sumó al bloque del Frente Renovador.
Con las ausencias de los concejales Ana Lara, Ana Stolar (Cambiemos) y Jorge Pagano (bloque Peronista), la sexta Ordinaria comenzó con un pedido de moción por parte del edil Miguel Nadeff sobre la problemática que afrontan médicos del distrito en cuanto al cobro de honorarios correspondientes a la atención de pacientes de IOMA.
“Esto no deja de ser preocupante porque en Berisso hay más de 26 mil afiliados a IOMA y más de 160 médicos que dependen de ese pago de honorarios. También hay dos clínicas en las cuales hay más de 200 trabajadores directos, que estarían dependiendo del pago de esta obra social”, expuso el edil. “Más allá de la gestiones del intendente y del Secretario de Salud de la ciudad, hasta el día de la fecha no tuvimos respuesta por parte de las autoridades de IOMA. Lo más grave es el problema sanitario que esto puede generar en nuestra ciudad”, mencionó también.
Luego, pidió que el Concejo Deliberante entregue al intendente Jorge Nedela un documento referido a la problemática, moción que fue aprobada por el Cuerpo.
Reclamo por seguridad
Durante el tratamiento de las resoluciones, desde el bloque PJ-FPV se pidió al resto de las bancadas que se solicite al Ejecutivo información para conocer si los controles policiales que se efectúan en colectivos obedecen a directivas emanadas del gobierno comunal. Desde el Frente Renovador, en tanto, se solicitó la creación de una nueva unidad funcional de investigación descentralizada en Berisso. En este punto, Ángel Celi presidente de bloque del Frente Renovador pidió a presidencia del Cuerpo lugar para que vecinos de Los Talas que integran el foro de seguridad de la zona expresen su problemática.
Roberto Cimini, quien acompaña la causa de los vecinos, manifestó su preocupación por los hechos delictivos que se viven en la zona. “Expresamos una profunda desilusión y amargura, primero con el Ejecutivo, que nos viene mintiendo descaradamente, como también la oposición. Los vecinos nos hicimos presentes en este recinto para pedir que nos acompañen. Tenemos una página de Facebook en donde los vecinos se acercan al club Villa Zula y nos plantean los hechos de inseguridad que están ocurriendo en Berisso”, compartió.
A los casos particulares que se viven, se suman instancias que tienen que ver con el interés colectivo de mejorar la seguridad en la zona. Según describió Cimini, los vecinos siguen esperando el cumplimiento de un compromiso asumido por el Intendente. “Desde el Ejecutivo hasta ahora lo que hemos tenido son falsas promesas, mentiras absolutas. Públicamente, en una reunión el Intendente se comprometió a pedir una audiencia, junto a los vecinos, al Ministerio de Seguridad. Esto lo hicimos para acompañarlo de forma conjunta y pedir todo lo necesario para que no ocurran las cosas que están pasando. La nota sigue cajoneada y la pregunta que nos hacemos es sí el intendente está comprometido o no con la seguridad. Las promesas fueron infinitas y hasta ahora no se cumplió nada”, describió.
“Los vecinos tenemos dudas, más cuando dos asesores de la Jefatura de Gabinete del Ministerio de Seguridad nos expresaron que le informaron al Doctor Nedela que al señor Velázquez ‘no lo quieren más’. El señor subsecretario sigue en su lugar. Mientras tanto las cosas siguen pasando y los vecinos seguimos esperando el compromiso asumido por Nedela”, enfatizó el vecino, a la vez abogado.
“Queremos que nos acompañen, tanto el oficialismo como la oposición y los candidatos en las próximas elecciones. Tenemos que revertir una situación que va a terminar mal”, expuso también, lanzando un pedido al intendente Nedela para que revea la necesidad de llevar adelante algunos cambios que permitan enfrentar la problemática. Además, junto a otros vecinos, se quejó de la falta de operatividad del destacamento policial que se instalara hace algunos años en Los Talas.
Concluida la exposición, desde la Presidencia, Jonathan Barros (presidente interino dada la ausencia de Ana Lara) convocó a los vecinos a participar de la reunión que la Comisión de Seguridad del Cuerpo celebrará este viernes.
La ‘parábola de la rana’
A través de una nota que acercaron a nuestra redacción, los integrantes de la Subcomisión de Seguridad conformada en Villa Zula revelaron que decidieron comenzar a organizarse a partir de un incidente denunciado ante las autoridades policiales por una socia del club.
“Rápidamente, por el ‘boca a boca’ y algunos volantes ideados y confeccionados de apuro, se convocó al vecindario”, comentaron, observando que de la reunión participaron más de ochenta personas, que interpelaron a jefes policiales y autoridades.
Desde el grupo observan que el encuentro sirvió para hacer una especie de ‘catarsis generalizada’, porque todos de alguna forma habían estado expuestos a casos de inseguridad, en la propia piel o en la de algún allegado.
“Si bien el comisario y sus oficiales respondieron a las preguntas y se comprometieron a tomar cartas en el asunto, varios de los presentes tomamos conciencia de la situación de vulnerabilidad en que nos encontramos los vecinos en el tema seguridad”, remarcaron los integrantes de la Comisión.
Por eso, las reuniones en el Centro de Fomento continúan y son permanentes las inquietudes que se reciben de los vecinos. El 7 de mayo, en el marco de una asamblea vecinal, quedó formalmente constituida la Subcomisión de Seguridad de Villa Zula, cuyos miembros se reunieron con varias autoridades comunales, intendente incluido, para transmitir que no los motiva ‘ninguna ideología política’, sino ‘el lógico derecho a vivir sin miedo’.
“La inseguridad se vive todos los días y no sólo en nuestro barrio, sino en todo Berisso. La ciudad se convirtió en un lugar diferente al que era”, sostienen desde el grupo.
“Poco a poco los berissenses nos fuimos acostumbrando a convivir diariamente con hechos delictivos. De manera imperceptible al principio, pero en paulatino avance, como la parábola de la rana, a la que van cocinando de a poco y cuando se da cuenta… ya es tarde”, subrayan.
