Se cumplieron 25 años de la firma del convenio que liga al diario El Día de La Plata con el semanario El Mundo de Berisso.
(Corría 1998 cuando los directores del diario El Día de La Plata y el semanario El Mundo de Berisso, Raúl Kraiselburd y Carlos Delle Ville, sellaban una vital alianza estratégica, todavía firme.)
En noviembre de 1998, el diario El Día de La Plata y el semanario El Mundo de Berisso sellaban a través de sus directores, Raúl Kraiselburd y Carlos Delle Ville, un convenio que les permitía dar un nuevo paso para seguir afianzándose como referentes destacados del escenario mediático regional.
“La idea fue recibida con beneplácito e inmediatamente nos pusimos a trabajar para instrumentarla”, recordó Kraiselburd, consultado esta semana sobre la génesis de aquel proyecto que derivó en un sólido esquema aún vigente.
Un papel crucial jugó para dicha articulación el Dr. Marcelo Bassani, dirigente berissense de proyección nacional e inquieto lector interesado en la proyección del periodismo de calidad en la zona, quien ofició de nexo entre ambos medios y sus máximos referentes.
Se cumplieron en los últimos días veinticinco años de aquel hito en el que convergieron los caminos de ambas empresas, que detentan con orgullo la condición de seguir siendo los medios de mayor trayectoria ininterrumpida en sus respectivas ciudades.
En días en los que la figura de las alianzas estratégicas aparece como opción obligada para los medios que apuestan al futuro, resulta propicio pasar revista a aquel intuitivo y primigenio acuerdo.
De movida, y conforme a lo expuesto por Kraiselburd y Delle Ville, la firma del convenio representó un factor determinante para la continuidad de ambas propuestas periodísticas. “Nos ayudó en lo que hace a supervivencia y sobrevivir no es poco”, reflexionó el máximo responsable del centenario matutino platense, poniendo de relieve que los duros golpes que las cíclicas crisis económicas argentinas asestan al universo de empresas pequeñas y medianas, son particularmente duros para los medios, más aún cuando se trata de los que, aún diversificándose, siguen apostando al formato gráfico.
Proximidad
El de periodismo ‘hiperlocal’ es para Raúl Kraiselburd un concepto que no puede perderse de vista pensando en el futuro de la actividad, futuro que según interpreta comenzó a escribirse hace tiempo. Con ello tuvo que ver incluso el acuerdo sellado con el semanario berissense antes del inicio del nuevo siglo.
“La información hiperlocal le agrega al diario El Día un contenido fundamental. En una región como el gran La Plata es imposible reflejar detalladamente todos los problemas, inquietudes y acontecimientos que afectan a los vecinos de todas las barriadas e influyen su calidad de vida. Los periódicos hiperlocales cumplen una función importantísima: son portavoces de los vecinos ante problemas de la vida cotidiana que van desde cortes en los servicios a ejecución de obras, entre muchas otros aspectos”, describió.
La proximidad respecto de los temas abordados y la exposición directa al juicio permanente de los vecinos, dota a este tipo de propuestas periodísticas de un plus, que a la vez representa una exigencia extra.
“Un medio hiperlocal suele gozar, como ocurre con El Mundo, del prestigio que le da la veracidad de lo que informa; con solo caminar un poco, un vecino puede comprobar si realmente ocurrió un hecho descripto en sus páginas”, consideró el máximo responsable del medio decano de la región. “Es un canal para que los vecinos puedan formular opiniones y reclamos. Y ante la exigencia de los lectores, no pueden vacilar, porque cumplen la función de ser portavoces de la comunidad”, completó.
Factores como los citados, sostuvo, hacen que en Estados Unidos, las estadísticas muestren que los medios hiperlocales están en mejores condiciones de superar las crisis y sufren menos las transformaciones tecnológicas.
Escribanos
El fenómeno de las redes sociales y los nuevos circuitos por los que circula información afectan sin dudas conceptos y prácticas en lo que hace a la profesión periodística. A los ojos del director del diario El Día, la aparición de nuevas propuestas de comunicación puede resultar virtuosa para el ecosistema mediático, pero presenta también un flanco flojo, que termina de algún modo favoreciendo a los medios tradicionales.
“En Internet se lanzan numerosas noticias falsas y teorías absurdas de fuentes anónimas o sin responsabilidad legal, lo que produce una desconfianza generalizada. Por eso, los medios siguen siendo depositarios de la confianza de su comunidad. Eso los obliga a tener el mayor de los cuidados al abordar conflictos. Los medios cumplen prácticamente con el papel de un ‘escribano’, dando fe de que alguien dijo efectivamente las palabras que se le adjudican”, reflexionó, sin obviar que también es necesario apelar al ejercicio de verificar lo que las fuentes exponen o evaluar si una fuente tiene el suficiente conocimiento sobre el hecho o la materia a la que se refiere.
“A menudo se dice que los jóvenes ya no se interesan por el diario en papel. Pero eso es relativo”, afirmó en el mismo sentido, describiendo una experiencia reciente.
Ante el resonante triunfo de un equipo platense de fútbol desde eldia.com se convocó a hinchas que estuvieran en lugares remotos a enviar imágenes enarbolando distintivos del club. Llegaron fotos hasta desde la Muralla China, más de quinientas en total. Todas se publicaron en web, pero en papel, dadas las limitaciones del formato, solamente pudieron publicarse 14.
“Eso motivó la queja de muchas personas cuyas fotografías no llegaron a impresión. Muchos de los que protestaron decían ‘nadie me va a creer que estoy acá’, simplemente porque la imagen no se reprodujo en papel”, mencionó el director de El Día.
Los medios, sobre todo los gráficos, entiende, son el resguardo de otros valiosos pilares del oficio. “La tentación de elegir un título llamativo en la web suele dar paso a algunos excesos. Es preciso también evitar las generalizaciones; por ejemplo si un juez libera delincuentes con reiterados antecedentes penales, el error no es de la Justicia, es de ese juez. Lo mismo con un acto de corrupción; no son corruptos ‘los políticos’, sino ‘ese político’ que cometió un delito”, expuso en el mismo sentido.
Adaptación
Una publicación en una página de Internet no es lo mismo que una publicación en la página de Internet de un medio periodístico. Para que la máxima se mantenga, en el caso de El Día, como en el de El Mundo, se procura trasladar a la propuesta ‘digital’ la concepción sobre el periodismo que se cultiva en el formato nativo.
Los cambios que operan en el escenario de la comunicación dejan al desnudo evidentes cambios en cuanto a hábitos de consumo cultural. A la vez, obligan a los medios a hurgar en diferentes alternativas de sustentabilidad, teniendo en cuenta que se trata de un rubro bastante menos rentable que en otras épocas.
“La nueva situación del acceso gratuito a los medios en Internet sólo puede ser circunstancial, porque el periodismo es una profesión y los recursos son necesarios para pagar salarios”, definió Kraiselburd.
El nuevo esquema también representa un desafío para los profesionales. “Cada redactor al cabo de la jornada debe pensar si fue capaz de escribir algo de interés como para que alguien pague por leerlo, si su artículo presta un servicio de interés público, o si su trabajo revela algo que el público valora, por lo que está dispuesto a pagar, para contribuir con la subsistencia del medio”, consignó.
El ya citado modelo de alianzas resulta en este punto una herramienta sumamente valiosa, además de virtuosa, si se tiene en cuenta que no abona a un sistema concentrado y monopólico, que en el caso del periodismo representaría acotar la diversidad de opiniones y en definitiva la libertad.
“Por razones económicas, los medios pequeños y medianos deben formalizar alianzas estratégicas como es nuestro caso. El Mundo y El Día pueden tener opiniones diferentes, aunque llegan a los hogares como una sola publicación. El punto de partida es que ambos periódicos se comprometan con no deformar u ocultar los hechos, tampoco silenciar reclamos o protestas y difundir opiniones, aún las minoritarias, cuando el lector firma con su nombre y apellido, mucho más en el caso de las denuncias, ya que los directores de los medios son responsables de todo lo que se publica, salvo cuando se individualiza al actor, quien en definitiva puede ser pasible de alguna acción judicial”, subrayó el director del medio platense. “El tipo de alianza estratégica del que hablamos no se basa en la uniformidad del pensamiento”, reafirmó.
Es que finalmente y más allá del formato del que se trate, lo que nunca debería dejar de estar en el ADN de los medios es su vocación por servir con información a la comunidad. “Debemos ser canales de comunicación y custodios de la libertad de expresión, al servicio de los valores de una sociedad democrática”, expresó al respecto el responsable de El Día.
Existen muchas definiciones respecto del periodismo. Kraiselburd recuerda una muy simple que se expuso en el siglo XIX en idioma alemán. “Esa definición decía que los periodistas somos curiosos y debemos tener el criterio y la cultura para hacer todas las preguntas importantes que harían los lectores. Y que las hacemos con el único objetivo de ser indiscretos, es decir, de dar a conocer todas las respuestas que aporten algo”, sentenció.
