Mery Vidal Borda ya no atiende el almacén y verdulería de calle 21 entre 167 y 168. El juicio celebrado hace algunos meses la hizo revivir el terrible episodio que hizo perdiera su bebé cuando cursaba el séptimo mes de embarazo, en agosto de 2013. Entonces la mujer estaba con su marido cuando dos hombres, uno condenado a cadena perpetua y otro a 25 años, ingresaron con fines de robo y la balearon en el vientre.
Al cumplirse 5 años del trágico episodio, la inseguridad volvió a golpear a la familia. El sábado cerca de las dos y media de la tarde, Jovana, prima de Mery, decidió entrar y se sentó para poder descansar. A los pocos minutos dos encapuchados -uno de unos 25 años y otro de 18- ingresaron y, mientras uno le exigía la plata, el otro se dirigía al sector de bebidas alcohólicas.
Como el ladrón que fue hasta el mostrador no pudo abrir la caja registradora, la llamó para que lo asista. El dispositivo estaba trabado, por lo que la comerciante fue amenazada para abrirlo. Inmediatamente comenzó a gritar y no tardó en llegar el forcejeo. Jovana tomó un cajón de leche para poder defenderse del hombre que la amenazaba con un cuchillo. Los gritos y la resistencia espantaron a los hombres que huyeron a pie, con la mochila cargada de bebidas. “Por suerte Mery no estaba y no pasó nada grave. Pero los comerciantes vivimos con miedo porque es poco el patrullaje y la policía que circula”, sostuvo la comerciante.
